La contribución de los ingenieros españoles al robot Curiosity
El proyecto Curiosity significó hacer el robot más grande y avanzado que había construido hasta la fecha la NASA. En él participaron ingenieros de todo el mundo y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) de Madrid se encargó de la importantísima estación meteorológica REMS.
Os dejamos aquí la experiencia de Dr. Javier Gómez-Elvira y lo significa para él tener entre manos un álbum ilustrado como Curiosity:
Cuando paso las hojas de Curiosity. La historia de un robot explorador de Marte, me vienen a la memoria muchas de los momentos que vivimos a lo largo del desarrollo de nuestra pequeña contribución al éxito del proyecto: la estación meteorológica, REMS. El diseñar un instrumento capaz de soportar un viaje de cientos de millones de kilómetros y luego trabajar en un ambiente con condiciones extremas no fue sencillo, pero un equipo de ingenieros españoles motivados para desarrollar algo totalmente nuevo, algo que viajaría a Marte, fueron los artificies de una pequeña obra de arte.
Alguno de nosotros se tuvo que poner el “traje de conejo” para poder trabajar al lado de Curiosity, para verificar que todo estaba bien y que sobrevivía a las diferentes pruebas.
El lanzamiento fue un momento especial en toda esta historia. El “despegue” que dice el libro, el sentimiento es de que algo que ha sido especial durante muchos años, al que le has dedicado muchas horas de trabajo y que le has tratado con mucho cuidado ya andará solo. En este caso además muy lejos.
El aterrizaje fue quizás el momento más difícil: con la grúa espacial. Ninguna misión anterior había aterrizado de esa forma fuera de la tierra. Algo nuevo, como se muestra muy bien en el libro. Los 7 minutos de terror, como los llamó la NASA.
Luego llegó el momento de explorar, cuando los científicos que habían estado esperando años ese momento empezaron a recibir imágenes, datos de la geología, datos meteorológicos. Todo ello junto nos ayuda a “comprender la historia del planeta y como se formó”.
En el libro se cita a Clara Ma, la niña que bautizó el rover como Curiosity, y dice que “la curiosidad es la pasión que impulsa la vida cotidiana”. Espero que todos los pequeños que lean el libro vean en él la pasión de todos los que trabajamos en ese proyecto por conseguir algo nuevo y llevar a la humanidad más lejos de los limites conocidos y cuando sean mayores les arrastre esa pasión de ir más allá de los limites de lo conocido.
Dr. Javier Gómez-Elvira
Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)
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